No Space, Just a Place
Eterotopia

La conservadora y escritora Myriam Ben Salah desvela la nueva exposición del museo Daelim, integrado en la red de ubicaciones Gucci. Este proyecto polifacético tiene como objetivo potenciar el paisaje cultural y el panorama artístico contemporáneo de Seúl.

Esta exposición refleja la idea del “espacio otro” o heterotopía. Los tiempos actuales nos impulsan a formular una nueva definición de lo que significa el “espacio otro”, no solo físicamente, sino también a nivel mental y metafórico: un lugar en el que podamos construir un futuro distinto, deseable, donde los seres humanos se relacionen entre sí y con su entorno de formas nuevas.

Gracias a las redes sociales y la comunicación, las personas pueden estar en todas partes y en cualquier momento, al menos en el mundo tal y como lo conocíamos hasta hace poco. Esta potencial ubicuidad debilita el pensamiento creativo, pues fomenta una cierta uniformización. Por tanto, se hace necesario un espacio utópico metafórico, es decir, un espacio que sea distinto y que esté separado de todos los que conocemos, con el fin de construir nuevas clases de pensamiento y nuevas formas de relacionarnos entre nosotros y con el planeta. 

 

Antes de mi primera visita a Seúl, consulté a muchos amigos y compañeros para saber a quién debía conocer y qué debía visitar. Enseguida comprendí que existía un panorama muy próspero de espacios artísticos independientes, dirigidos por artistas o conservadores, que se posicionaban como alternativos al mundo artístico más comercial o institucional. Estos espacios artísticos independientes y alternativos se ubican en lugares históricamente escondidos: escaparates, áticos, almacenes y otros lugares abandonados por la cultura dominante. Suelen promover obras políticamente comprometidas, experimentales y más preocupadas por suscitar el debate artístico que por su viabilidad comercial. Tuve el placer de conocer a la artista y conservadora InYoung Yeo, que se convirtió en la asesora de conservación del proyecto y cuyo papel fue clave para hacerme comprender la importancia de estas estructuras dentro del ecosistema artístico local e internacional. Trabajar con estos espacios también me permitió reflexionar sobre la necesidad de una definición más amplia y metafórica de lo que constituye un espacio “otro” o “alternativo”. 

 

El proyecto de la exposición persigue dos objetivos interconectados: por un lado, en colaboración con InYoung Yeo y Lucrezia Calabrò Visconti (conservadora asociada del proyecto), seleccionamos diferentes generaciones de espacios artísticos independientes de Seúl que se centraran especialmente en las formas emergentes, el debate artístico y el desarrollo de una comunidad de pensamiento local. Cada uno de estos espacios, junto con varios de los artistas que patrocinan y con los que colaboran, planteó una propuesta para el tema general del “espacio otro” (la heterotopía), indagando en la comprensión de la otredad, la exploración de las identidades minoritarias y la imaginación de nuevas relaciones políticas y estéticas. Boan1942, por ejemplo, expone una obra multimedia de la artista Ryu Sungsil que aborda la relación entre el neoliberalismo y el indigenismo en Corea. Post Territory Ujeongguk presenta una obra de Kang Woohyeok llamada “Lunar Real Estate” que explora la posibilidad de adquirir terrenos en la luna (un “espacio otro” literal) y la contradicción ambivalente que abunda en las empresas utópicas. Son solamente dos de los muchos proyectos interesantes que se expondrán. Paralelamente, invité a cinco artistas a que presentaran obras inmersivas que abordaran los mismos temas. Meriem Bennani, por ejemplo, una artista marroquí afincada en Nueva York, recreará su obra “Party on the CAPS”, un vídeo sobre los habitantes imaginarios de CAPS, una isla del océano Atlántico en la que se recluye a los refugiados e inmigrantes que cruzan “ilegalmente” los océanos y las fronteras. Todas estas representaciones artísticas cuestionan de manera divertida las perspectivas simplistas de los discursos dominantes y normativos, gracias a su exuberante imaginería visual y sus toques de humor y realismo mágico. 

 

En la antigua Grecia, la proxenía era una convención social mediante la cual un ciudadano importante de la ciudad alojaba en su casa a los embajadores extranjeros, para fomentar el intercambio cultural. La proxenía es un valor clave que sirve de hilo a varios proyectos iniciados por Gucci. Me parece especialmente relevante en este proyecto concreto, ya que Gucci actúa al mismo tiempo como huésped (del museo Daelim de Seúl, que forma parte de la red de ubicaciones Gucci) y como anfitrión (al invitar y patrocinar a diez espacios independientes de la ciudad) para promover el intercambio, el diálogo y la colaboración cultural. 

 

Antes que nada, esta exposición es muy importante para mí porque me ha permitido conocer y trabajar con muchos practicantes culturales increíbles. Pero también ha sido una experiencia singular por haber coincidido con un momento de gran incertidumbre para la humanidad, un contexto que en cierto sentido también promueve la reflexión sobre maneras alternativas de ser, de consumir y de cuidar nuestro entorno. El arte tiene la capacidad de crear un punto de fricción entre las ideas vanguardistas y la distribución dominante. En ese sentido, el arte siempre irá un paso por delante en términos de progreso social y pensamiento político; tiene la capacidad de aportar ideas que se consideran “marginales” e introducirlas en la consciencia pública. Solo por eso ya me alegro de que exista esta exposición, para plantar una semilla y tal vez suscitar el debate y el diálogo.