El escenario del desfile Primavera Verano 2019 de Gucci, el Teatro Le Palace, es el nexo que conecta casi un siglo de la cultura y la vida nocturna de París.
La identidad del mítico club se adapta constantemente al ambiente contemporáneo y el estilo del momento, pero siempre fiel a la necesidad esencial de la ciudad de ver y ser visto.
Sus diversas reinvenciones incluyen las escandalosas actuaciones de la revista de los años 20 y 30, o los primeros programas de música experimental, arte, teatro y danza de los años 70. Es conocido principalmente como la réplica parisina del Studio 54: no era simplemente un espacio de socialización, sino una vía de escape lujuriosa y hedonista ante las imposiciones de la sociedad, en una atmósfera dominada por la música disco y las luces deslumbrantes.
En mayo de 1978, Vogue Hommes envió al filósofo Roland Barthes a dar un sentido a esta sobrecarga sensorial y festiva. Este la describió como "la apariencia de un nuevo arte… porque en realidad se trata de un arte público, realizado entre el público y no frente a él, y un arte total (el viejo sueño griego y wagneriano) que concita centelleo, música y deseo".
Este ideal de democratización ajerárquico caracteriza la historia del Teatro Le Palace: un lugar donde el arte no solo se produce en el escenario y se transmite a unos asistentes pasivos, sino que adquiere significado gracias al público, cuyo igualitarismo en la pista de baile rompe el arco de proscenio.
Más tarde, estas ideas encontraron su forma de expresión en las fiestas acid house del Teatro Le Palace, y en el colapso extático de la identidad individual en la colectividad de las sesiones rave. Inspirados en la agitación radical de "The Second Summer of Love", los folletos publicitarios de las fiestas de Le Palace ofrecían ""dar un toque francés al house"", acuñando el género ""French punk"" que impulsaría a Daft Punk y otros a alcanzar la fama global.
Con ello, no hacían sino seguir a los fantasmas ocultos en los muros del Teatro Le Palace: generaciones de bailarines, actores y amantes, todos ellos inmersos en un espectáculo épico cuya estela iniciada varias décadas atrás sigue aún vigente.
— Ed Gillett
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